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miércoles, 29 de abril de 2009

Sábados de Mercedes /blogbus

El Crecepelos 15/Septiembre/2006


Mario, estaba obsesionado por su calvicie. Cada mañana se miraba en el espejo y recibía un dardo en el corazón por cada pelo que veía muerto en el lavabo o atrapado sin remisión en el peine de púas especiales para no dañar su escasa cabellera.

Aquella tarde, había comprado a una vieja un remedio garantizado al cien por cien. Mario, no solía confiar en estos productos. Había probado tantos. , pero este, le daba una corazonada.

Así, cumpliendo paso por paso el recetario de la anciana, Mario se desnudó, salió al balcón y recibió el frío húmedo de la noche invernal. Allí esperó a estar completamente bañado por la luz de la luna llena, se pintó unos círculos rojos en el pecho y se roció el cráneo con el milagroso crecepelos.
Aquella noche durmió intranquilo, a la espera del resultado, con las primeras luces del amanecer, Mario se lanzó hacia el cuarto de baño, allí se agarró con avidez al espejo y observó su rala cabellera... un asomo de decepción y humillación le abatió su corazón, se daba por vencido, un último vistazo a su bola de billar y... pero ¿que es eso oscuro que asoma por toda mi cabeza?...una pelusilla empezaba a brotar cual espuma en el baño. Con una asombrosa rapidez, la pelusilla se convirtió en pelo. Mario no cabía en sí de gozo, el pelo comenzó a crecer descontroladamente, un pelo fuerte, negro y rizado que como una planta se deslizaba cabeza abajo. Lo terrible fue cuando el pelo empezó a introducirse en los oídos, al principio le hacía cosquillas y gracias, luego al intentar quitarse esos molestos pelos, sus dedos quedaron atrapados en ellos, la presión que ejercía sobre su craneo hizo que los ojos saltaron de sus órbitas y en ellas se alojaron matas de pelos, gritó, pero sus gritos pronto quedaron ahogados por una pelambrera que le asfixió...

Recopilaciones de relatos

La perra. 5/12/05

Aún no era las 7 de la mañana cuando ella apareció allí, inmóvil, quieta en medio de la acera.
A las ocho, diez transeúntes se habían cruzado con ella; cuatro la vieron al lejos, tres pasaron por su lado sin inmutarse y otros tantos a punto estuvieron de pisarla..
A las nueve la calle estaba llena de gente, todavía seguía allí en medio y nadie aún había tropezado con ella.
A las diez, el barullo era inmenso y ocurrió lo fatídico, un señor mayor la pisó de lleno y su expresión fue desagradabilísima. Solo se pudo escuchar de su boca: "Hija de puta la perra que se cagó en medio la acera".

jueves, 23 de abril de 2009

Eros - Blog-Bus / Sábados de Mercedes


Sonya en Florencia.

Perdida en la ciudad de los Medicis, paseaba aquella joven de piel de ébano, ojos azabache y nariz de princesa inca que le daba un aspecto entre salvaje y noble; carnosos labios que protegían una albugínea dentadura, veinteañera que no pasaba desapercibida entre tanto turista y afamados casanovas italianos. Ella, con su inocencia fingida se dejaba querer y admirar; a su vez, practicaba el vouyerismo y se deleitaba contemplando los robustos cuerpos de aquellos jóvenes florentinos que se pavoneaban por la ciudad con la recién estrenada primavera.
En esa época del año, el clima en la Toscana es muy variable, y aquel medio día tras su visita al Palacio Puci vio con animo decaído como las calles estaban vacías debido a un inoportuno chaparrón. Se armó de paciencia y resignación y corrió huyendo de lo inevitable por la Via Ricasoli donde acabó refugiando se en la galería de la Academia de Florencia.
Sacudiéndose el agua que se impregnaba a sus ropas, deambuló por los pasillos sin fijarse bien en los elementos de su interior, cuando alzó su vista, su cuerpo se estremeció. Nunca había visto belleza igual, un joven con mirada pétrea la observaba, Sonya se ruborizó momentaneamente al ver la desnudez de aquel cuerpo, sus rizados cabellos, su cuello firme..., empezó a notar como la sangre se le activaba por segundos, un escalofrío le recorrió todo su cuerpo, su vista que devoraba con avidez aquella aparición, se detuvo en el perfecto torso; notaba su respiración acelerada contrastando con la tranquilidad aparente que denotaba aquel joven, un calor sofocante se fue apoderando de la muchacha, empezó por las mejillas, bajó hasta sus pechos que manifestaron una excitación sin igual evidenciando unos pezones duros que afloraron sobre la húmeda camisa de algodón, poco a poco, notaba como si unas manos expertas que conocieran cada poro de su piel, atravesara su cuerpo dejando un reguero de pequeñas gotas de sudor que se evaporaban y le daban mayor sensación de sofoco, bajó por su vientre y sobre el monte de Venus se concentró aquel volcán hasta instalarse dentro de ella.
A duras penas rodeó aquella maravilla y quedó extasiada al contemplar la perfección que recorría aquella espalda que se fundía con un mórbido culo. No pudo aguantar más y toda la humedad del exterior se concentró en una sola parte de su cuerpo, cerró los muslos intentando detener lo inevitable, pero no pudo reprimir aquel primer orgasmo que lo recordaría toda su vida.
A su vuelta de aquel viaje a Florencia, Sonya decoró su habitación con fotos del David, y aquellas noches que sus amantes no daban la talla, solo tenía que viajar con su imaginación a la ciudad cuna del Renacimiento para volver a abrir el grifo del placer una y otra y otra vez hasta una infinita felicidad.

viernes, 17 de abril de 2009

Reto Blog -Bus




Me encantan estos retos; mini relato para mini tiempo, espero que os guste.

Retorno a casa.

Cinco eran los años que había pasado fuera de aquella ciudad, volvía para despedirse del ser que más la había amado, aquel viejo, que con tez de bronce, siempre había sido el contrapeso que la mantuvo unida a su tierra, ahora que ya no estaba su abuelo, solo podría recordarlo al cerrar sus ojos.

miércoles, 15 de abril de 2009

La hija del Cónsul


Hace unos meses, escribiendo en un foro ya extinto, me encontré con un artículo en el que se hablaba de este libro, resultó ser de una antigua competidora de relatos que en el pleistoceno de Internet, lidiábamos por conseguir acabar uno encima del otro. Incomprensiblemente para mi ego, ella siempre quedaba encima. Retomamos contacto, ella se acordaba curiosamente de mí y también curiosamente (mi memoria para la gente es pez) yo de ella.
Encargue el libro en la librería del pueblo y me senté a esperar...
Agotado en todas partes, yo seguía esperando a que en la librería local me consiguiesen un ejemplar...
Los reyes, que por eso son Magos, me trajeron el libro envuelto en exquisito papel de regalos, y así fue como tuve por primera vez a la hija del cónsul entre mis manos.

No os diré nada del libro, solo que cometeríais el error más grave de vuestras vidas si no lo leéis, ya que, es un libro de aventuras, romántico donde la autora logra imbuirnos en un mundo de ensueño.

Gracias Teresa Cameselle por escribir este magnífico libro.

miércoles, 8 de abril de 2009

Humor

No todo es dolor, que como buen epicúreo he de huir de él,...


Aquí os dejo un enlace a youtube donde podréis ver y disfrutar de parte de la actuación del espectáculo de Miki Maka. http://www.youtube.com/watch?gl=ES&hl=es&v=m4rsS6vxCUY

Si queréis saber algo más de él, podéis hacer como hice yo, visitar su blog en http://mikimaka.blogspot.com/ e ir a verlo en directo.

martes, 7 de abril de 2009

Adiós

Todos no sentimos especiales en algún momento de nuestra vida, únicos, diferentes, mágicos, tocados por la divinidad. Esta historia que paso a narraros es cierta, yo la viví en primera persona.
Desde hace muchos años, mantengo una relación especial con quien yo llamo mi Dios. Nadie ha oído hablar de él, quizás mi mujer, que en alguna confesión de alcoba le he contado lo que ahora hago público.
Creo que fue sobre los catorce años, con la adolescencia cuando tuve conciencia de que somos energía. Desde entonces, mi relación con la materia cambió, ahora veo todo de otra manera, solo veo energía, con lo cual, nada se crea ni se destruye, sino que se transforma.
Recuerdo mi primera intervención con la energía, el primer favor, la primera vez que negocié con ella. Mi abuelo estaba a punto de fallecer, pedí a mi Dios una prorroga de un año, y me la concedió. Para ello, ofrecí mi energía vital para que mi abuelo disfrutase un año más entre nosotros. Tras el período pactado y cuando aún no tenía conciencia de mi relación con ella, el día de más energía vital que existía en la casa de mis abuelos, este falleció.
Cuando digo el día de más energía vital, es porque varios miembros de mi familia compartimos el mismo nombre, al nacer, yo lo recibí con la numeración de tercero que era el que me correspondía. Anualmente nos reuníamos en casa del patriarca a celebrarlo.
Ese año también nos reunió por última vez rompiendo un nexo de unión familiar.
Este Año, la mujer de mi abuelo falleció también en la misma casa donde habían vivido. Su muerte fue muy difícil.
Mi abuela Pepa fue siempre una mujer muy buena, casada con mi abuelo que había enviudado dejando a mi padre y mi tío huérfanos, cuidó de ellos y sus tres hijos naturales con bondad y mucho, mucho cariño. Rebosaba amor por los cuatro costados y mantuvo unida a la familia hasta más allá del día de su muerte.
Estaba yo preparando una escapada a la playa para recargar mis energías, sentarme ante el mar y dialogar conmigo mismo y mi Dios. La abuela empeoraba día a día pero su fortaleza no nos hacía pensar en un desenlace inmediato. Recuerdo, que cuando salí de trabajar me acerqué a su casa y allí me quedé con ella y me despedí por primera vez.
A las 8 de la tarde recibí una llamada, era mi madre anunciándome que habían avisado al cura para darle la extremaunción, me acerqué a la casa de la abuela y allí me quedé junto a la familia esperando la llegada del encargado de llevar a cabo el último de los santos sacramentos.
La agonía era exasperante, sus quejidos, su boca abierta y respirando con dificultad, la cara de mi hermana, enfermera de profesión que había estado junto a su abuela desde el primer momento, reflejaba una mezcla de resignación, pena, dolor e impotencia. Inmediatamente se produjo la llegada de nietos, amigos de la familia, hijos, nueras, hermanos, cuñadas, sobrinos de la abuela que desfilaban apesadumbrados por su habitación para dar el adiós, fijos junto a la abuela, estaban en un sillón mi madre con un dedo del pie recién operado, no se despegó de su madre adoptiva, (aunque era su suegra oficialmente), en ningún momento. La sempiterna sombra de mi hermana que asaltaba a la abuela cada instante para acomodarla y facilitarle en lo humanamente posible su agonía… mi tía, la más pequeña de los cinco hermanos y única hija constantemente agarrada a la mano de mi abuela, uniéndola al mundo de los vivos sin romper el vínculo que décadas atrás creara su madre con ella en su vientre. Una sobrina de mi abuela con una vida muy trágica y yo.
Las horas pasaban lentamente, el cadencioso quejido era constante, la casa se fue quedando vacía permaneciendo en ella algunos de sus hijos y los fijos de la habitación. Poco a poco, todos se fueron acomodando por las habitaciones y sofás repartidos en la casa. Cerca de las cuatro de la mañana, todos estaban descansando, solo quedaba yo despierto y me situé junto a mi abuela para darle mi mano y que supiera que ya podía irse tranquila sin miedo a nada.
Me senté a su lado, a mi alrededor todo era silencio y paz, solo roto por el quejido de la abuela, recuerdo coger su mano bajo las sabanas, notar la calidez y suavidad de esta y sorprenderme por el calor que desprendía. Mi energía pasó a su cuerpo y la abuela abrió los ojos, dejó de emitir quejidos y terminó su viaje. Recuerdo, que me sacó de mi abstracción el grito de la sobrina llamando a su tata, y a mi hermana incorporándose como un resorte y cerrándole los ojos a la abuela Pepa.

jueves, 2 de abril de 2009

El Mago -Relato del Blog Bus-

¿Qué pasaría si... , el Mago Balaubart te hechizara para siempre?. Eso no ocurrirá, se atrevió a esbozar en voz alta el caballero Velmont, la mirada del rey lanzó un destello desaprobando la osadía del joven caballero, la princesa Alexia no pudo reprimir el sentimiento de orgullo que brotó en su corazón.
¿Mamá es cierto que existen los humanos?, preguntó asustado el joven gnomo a su madre... esta sonrió y le tranquilizó, -No hijo mío, es cosa de la fantasía de los viejos gnomos, duermete y descansa.
La calle estaba a oscuras, apenas iluminada por algunas antorchas que dejaban ver la sombra del viejo Mago que se deslizaba por el empedrado con una agilidad inusitada para un hombre de su edad. Su objetivo; la princesa. Con el poder de su magia se cubrió los pies de una densa humareda que le elevó por encima de los muros del castillo, sorteó la guardia real y lo depositó en el quicio de la ventana de la hermosa heredera.
El grito despertó a los padres del pequeño que de tres saltos se plantaron junto a él ¿que te pasa hijo mío?...el gnomito había tenido unas pesadillas horribles, entonces su padre le empezó a contar un cuento...
Esta es la historia de un bosque encantado, en el cual, vivían una familia de Trolls que pensaban que fuera de su bosque, todo estaba hechizado y ...
Rinngggggg!!!! sonó el despertador, Pedro aún con los sentidos dormidos notó a su bella esposa que mascullaba algo a su lado, se incorporó en la cama y meditó sobre lo extraño de sus sueños, y no pudo dejar de pensar...¿Que pasaría si no pudiéramos soñar y no tuviéramos imaginación?...




Blog Bus

Juan manuel Rodriguez de Sousa; http://rodriguezdesousa.blogspot.com/

miércoles, 1 de abril de 2009

Niña Estrella

Esta es mi última creación literaria, Agosto de 2008.

Niña Estrella

Estando de vacaciones, en un restaurante junto al mar, mi hija me pidió que le contase un cuento mientras comía.

Había una vez un árbol en el que vivían un oso hormiguero, un pájaro carpintero y una ardilla. El oso hormiguero vivía en la base del tronco, y cada vez que una hormiga intentaba subir por el árbol, este sacaba su larga lengua y "slurp!", se la comía. Más arriba, vivía el pájaro carpintero, que se llevaba todo el día "Toc-toc-toc" haciendo agujeros en el árbol y la ardilla, que rellenaba los agujeros con nueces, avellanas y todo tipo de frutos secos que encontraba en el bosque.
Una noche, una estrella fugaz iluminó todo el cielo, y fue a pararse justo en la copa del árbol donde vivían nuestros amigos, resultó ser una niña, de largo y liso pelo dorado, ojos celestes y piel blanca.
Se llamaba Estrella y había caído del cielo, se quedó a vivir con nuestros amigos el oso hormiguero, el pájaro carpintero y la ardilla.
Una noche, la ardilla se despertó y oyó gemir a la niña;
- Pobrecita de mí, jamás podré volver a estar con mis padres, mis hermanas y hermanos, mis amigas y amigos...y le caían lágrimas que brillaban bajo la luz de la luna llena.
A la mañana siguiente, la ardilla reunió en la base del árbol al Oso hormiguero y al pájaro carpintero.
-"Slurp!" se comió el oso hormiguero a una hormiga que por allí pasaba.
¿Que ocurre?, dijo el pájaro carpintero.
- Eso, ¿que ocurre? preguntó también el oso hormiguero con una voz muy grave.
La niña Estrella, que está muy triste porque quiere volver con su familia y amigos, y he pensado que podríamos ayudarla.
- ¿Cómo podremos ayudarla? dijo el pájaro carpintero
- Eso digo yo, ¿Cómo podremos ayudarla?"slurp!" volvió a repetir el oso hormiguero con su voz ronca y atrapando otra hormiga que por allí pasaba.
- Podríamos ir a pedirle ayuda al Mago de la Barba Blanca en la montaña de cristal.
- Muy buena idea ardilla le aprobó el pájaro carpintero
- Sí muy buena, aseveró el oso hormiguero.
- Partamos ahora mismo hacia la montaña de cristal dijo la ardilla.
Y así marcharon los tres amigos hacia la montaña de cristal para encontrarse con el Mago de la Barba Blanca y que les diese una solución para que la niña Estrella volviese al cielo con sus amigos y familiares.

Al medio día llegaron hasta la gran montaña de cristal, era impresionante, comenzaron a subir y se resbalaban, además era muy frío, se dieron cuenta que aquello no era cristal, era ¡Hielo!. Viendo que no podían subir comenzaron a gritar llamando al Mago de la Barba Blanca.
-¡Mago de la Barba Blancaaaa!, ¡Mago de la Barba Blancaaaaa!...pero allí nadie contestaba.
-Subiré volando hasta la cima y veré si está allí arriba el Mago de la Barba Blanca.
Y comenzó a volar dandole vueltas a la montaña y llamando al mago de la Barba Blanca, al atardecer llegó hasta donde se habían quedado nuestros amigos.
- Allá arriba no hay nadie, dijo el pájaro carpintero con la lengua fuera del pico.
- ¿Cómo que no? gritó la ardilla desconcertada
- Eso, ¿cómo que nó?, "Slurp!" preguntó también el oso hormiguero.
- Como os digo, eso es una montaña de hielo en la que no vive nadie, volveremos al árbol y le diremos a la niña Estrella que hemos fracasado en el intento.
Se quedaron a dormir frente a la montaña de hielo, a media noche, la ardilla se despertó, miró a la luna llena y cuando se iba a dormir de nuevo, se le abrieron los ojos de par en par, miró la montaña, miró la luna llena, volvió a mirar la montaña y la luna llena, parpadeó fuertemente y llamó a sus amigos...
- Chicos, chicos, despertad y mirad la montaña de hielo.
- ¿Que pasa ardilla? dijeron a la vez el oso hormiguero y el pájaro carpintero.
Allí en la montaña de hielo, se reflejaba la luna llena, pero en el reflejo se veía una cara con los ojos cerrados y larga barba blanca.
- Es el Mago de la Barba Blanca, dijo la ardilla emocionada, ¡Llamemoslo!
- ¡Mago de la Barba Blancaaaa!, ¡Mago de la Barba Blancaaaaa!
- ¿Quién osa molestarme? dijo la montaña con una voz que salía de ultratumba.
- Somos nosotros, gritaron los animalitos
- ¿Y que quereis?
Entonces la ardilla le explicó todo lo que había acontecido.
- ¿Quereis ayudar a la niña Estrella y no sabeis como?
- Efectivamente, dijo la ardilla
- Sois buenos amigos, y por eso, os daré la solución a vuestro problema, debeis coger polvo de estrellas y rociar a la niña por encima, así ella volverá a sucar los cielos para reunirse con los suyos. Y diciendo esto, el Mago de la barba Blanca desapareció.
Muchas gracias dijeron los animales y partieron velozmente hacia su árbol para darle la buena noticia a la niña Estrella. A mitad de camino, la ardilla dijo...
- Un momneto, ¿de donde sacamos nosotros polvo de estrellas?...
- Es verdad, contestó el pájaro carpintero.
- Eso, es verdad, repitió el oso hormiguero.
Y si...-habló el pájaro carpintero- volase hasta el cielo y picotease una estrella....
- Que buena idea, gritó la ardilla, y nosotros recogeremos el polvo que caiga.
Así, el pájaro carpintero comenzó a volar hacia el cielo, y voló y voló en busca de la estrella, pero pronto se cansó y empezó a caer en picado levantando el vuelo antes de chocarse contra el suelo.
- ¿Que pasó? le preguntó la ardilla.
- Las estrellas estan demasiado altas, es imposible que llegue hasta ellas dijo el pájaro carpintero jadeando.
- Volveremos a casa y se lo contaremos todo a la niña Estrella, pobrecita dijo la ardilla.
- Sí, pobrecita confirmó el oso hormiguero.
Llegaron al árbol y le contaron todo lo sucedido a la niña Estrella, la niña se emocionó por lo que habían hecho sus amigos y también al recordar a su familia, comenzó a llorar.
- No llores, le dijo el pájaro carpintero.
- Eso no llores "Slurp!"repitió el oso hormiguero que se comió otra hormiga que pasaba por alli.
- Sí llora, llora y no pares gritó la ardilla
- ¿Como que llore?, preguntó extrañado el pájaro carpintero.
- Fijaos, dijo emocionada la ardilla, las lágrimas que caían, se secaban y se convertían en polvo de estrellas. ¡Es polvo de Estrellas!
Cogieron el polvo y rociaron por encima a la niña, que volvió a brillar y se elevó hasta el cielo para estra con sus padres y hermanos, hermanas, amigos y amigas.
Así, todas las noches, los tres amigos se sentaban a contemplar el cielo estrellado y veían como la niña Estrella les saludaba desde el cielo.
Colorín colorado este cuento se ha acabado.

Metamorfosis

El Jardín Azul sufre una transformación, sus letras dedicadas a la política, dejan paso ahora a la literatura y tras el barbecho invernal, recupera la floresta primaveral, espero que este jardín que cuido para uso y disfrute de todos sea de tu agrado.
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