Lloras y no sientes,
dolor o pena alguna;
lloras porque puedes
contárselo a la luna.
Ya nadie te entiende,
sientes en tu mirada,
miedo, odio, pena,
algo que no es nada.
Llueve todo el tiempo
ranas de colores.
Sientes en tu pelo
que anidan ruiseñores.
Corres, saltas, gritas.
Huyes todo el tiempo.
Siempre te alcanzan
malditos ineptos.
En el precipicio,
miras hacia abajo;
sabes que no puedes
y das el gran salto.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPRECIOSO POEMA PERO CON UN FINAL ALGO TRÁGICO NO?
ResponderEliminarA veces el dolor y la tristeza logran enceguecernos y nos empujan a dar el salto del que no podemos regresar.
ResponderEliminarLa soledad no buscada es mala compañía.
saludos.
Gracias Neo, siempre preparada, en vez de vivir allí, pareces que vivas aquí. :D Besos.
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