La lluvia caía tras los cristales, la chimenea encendida iluminaba parte de la habitación, apareció ella despidiendo un halo aromático a café. Las oscuras nubes cubrieron pronto todo el cielo, allá en las montañas un bello espectáculo se sucedía entre rugir de truenos y electrizantes rayos.
Ella se sentó en el piano y comenzó a tocar a los clásicos, una paz inusual se respiraba en aquel ambiente. Él se apartó de la ventana, cogió una taza del negro café y se fue hacia ella, un trueno sonó en el interior de la casa descompasado a los del exterior, a su vez se iluminó toda la habitación.
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