Buscar este blog

domingo, 30 de abril de 2023

Secuestrado

 

No entendía lo que estaba pasando, las personas que a su alrededor estaban eran extraños, el trato era amable, pero distante. ¿Dónde estaban los suyos?, ¿Qué hacía allí?,...cientos de preguntas desordenadas se agolpaban en su mente, mientras postrado en aquella silla procuraba ordenarlas para encontrar el cabo de la madeja que se había convertido su mente.

Muy de vez en cuando, cada vez con más distanciamiento en el tiempo, le parecía oír una voz conocida, pero al buscar a esa madre; a esa mujer; a esos hermanos o hijos entre la multitud no reconocía ninguno de aquellos rostros.

Aquella tarde otoñal vio a su mujer, la reconocería en cualquier parte, había envejecido enormemente pero sus ojos aún mantenían el color del cielo.

-¡Hola mi amor!, dijo con un hilo de voz a la vez que dibujaba un atisbo de sonrisa. Varias lágrimas comenzaron a brotar de las pupilas celeste surcando las arrugas de la piel. Un cálido beso fundió los ancianos labios, tras ese brote de amor, el hombre volvió a preguntar:

¿Quién eres?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario