Encerrado
en una habitación acolchada, atado e inmóvil sobre la cama, no
dejaba de pensar en aquellas tardes en el lago junto a su familia;
paseando y dando de comer a los cisnes de la mano de sus pequeñas.
Escuchó
pasos, se puso en guardia y detuvo la mente en aquella imagen
idílica. No quiso romper lo único que le daba felicidad para
regresar a la dura realidad.
-Bloqueo
mental con tendencia parricida,-sentenció el psiquiatra mirando al
juez y al alguacil de la prisión- causado por exceso de trabajo y
nada de ocio
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