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martes, 17 de julio de 2018

La voz de la experiencia

El otro día, hablaba con un octogenario, a decir verdad, aún le faltan algunos meses para cumplir los ochenta. La lucidez y clarividencia a la hora de analizar la situación actual resultaba espeluznante.
 Toda su vida la dedicó a trabajar en el campo, cuidando tierras, cultivos y árboles de otros. Crió y educó a sus hijos bajo una premisa básica. Sentido común, que desgraciadamente, es el menos común de los sentidos.
Con estos mimbres, me contaba que la gente de hoy en día pensaba que el llamado "bienestar", era un maná caído del cielo y que eso era tan falso como una moneda de  3 Euros. Me contaba, que sus padres habían trabajado mucho y que sus vidas habían sido miserables, que él había trabajado se sol a sol y luchado para llegar a lo que hoy en día tenemos, y que le entristece enormemente que no se cuide ese logro social, que tantas lágrimas y esfuerzo ha costado.
Me confesaba, que a él le quedaba poco, pero que sentía pena por nosotros, por las generaciones de sus hijos y nietos. "Difícil lo vais a tener", me decía mirando hacia mi cara pero casi sin verme, ya que la vista la tiene tan cascada cómo su corazón ( 4 infartos y ni se sabe los micro-infartos, con dos pares de muelles) y rodillas...las muletas le ayudan a desplazar ese gran cuerpo.
 Avisa de que la inmigración descontrolada es un problema, el ejemplo tan básico que daba, cuanto menos es curioso. "Si un pueblo tiene una panadería, decía con su voz grave, y sólo tiene capacidad para hacer cincuenta piezas de pan, si tiene que dar 100, seguro que 50 se quedan sin pan". Sentenciaba.
No dejo títere con cabeza de los políticos españoles, que se miran más el ombligo que buscar auténticas soluciones.
De Europa, se quejaba de la desunión que existía y ponía de vuelta y media a la mediocridad política internacional, nada que envidiar a la nacional.
Dio comienzo la final del Mundial de Rusia, Francia batía el cobre con Croacia, los Balcánicos se aproximaron de forma peligrosa, y de pronto, aquella voz de la experiencia volvió a surgir: "Muchos !Huy¡ y pocos ¡Ay!, este partido lo ganaran los Franceses".

...Ya sabéis cómo quedó la cosa....