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viernes, 21 de enero de 2011

La Madre

Asustada gritó desde la cama, las luces del cuarto contiguo se encendieron y una cálida voz de mujer susurró para tranquilizarla. Se sentó a su lado, y con toda la dulzura del mundo comenzó a acariciarle el cabello a la vez que le cantaba una nana. Pronto, el corazón se relajó y los ojos comenzaron a cerrarse para volver a caer en un plácido e inocente sueño.
Notó como se había orinado, con toda la paciencia del mundo le cambió el pañal, la aseó y volvió a ponerle uno limpio.
El amor que se respiraba en aquel cuarto era impresionante, el esposo refunfuñaba desde la habitación de al lado y gruñía a su mujer para que volviese a la cama.
Ella dejó prendida la pequeña luz de la lámpara de noche, se inclinó y le besó la frente despidiéndola con un:
- ¡Que descanses mamá! .


Relato presentado a concurso en Facebook, puedes votar por él en:

http://besoderechenna-facebook.info/apps/relato/201

Un solo click y me ayudas, gracias.

La Playa

Por fin las anheladas vacaciones en la playa; Sol, toalla, bronceador y el sonido refrescante de las olas contra la orilla. El calor comenzaba a ser asfixiante, decidió darse un baño, el sudor se abría paso por cada poro de la piel. Andar por la arena caliente era un calvario, pero el esfuerzo merecía la pena, la recompensa del baño aplacaría todo sus males. Absorto en el agua, no notó como iba disminuyendo su tamaño, cuando quiso darse cuenta pensó que la arena le estaba fagocitando; nunca supo que su cuerpo se derretía... una gaviota se llevó el dedo con el que casi toca el mar.

jueves, 20 de enero de 2011

Tres mejor que uno

El aluvión de cartas recibidas con retraso puso de los nervios a Papa Noel, -- ¿Cómo es posible que las cartas lleguen el mismo día 24? Gritaba a Diestro y Siniestro que ponían cara de poker.
Una semana después, Diestro y Siniestro (eran obsequiados)recibían sonrientes unos presentes de tres Magos; Uno de pelo Blanco, otro de pelo rojizo y uno último de piel negra.

miércoles, 19 de enero de 2011

Miradas

Hay miradas tristes, alegres, vacías, ilusionadas, inocuas y de muertos. Sí, miradas de muertos; ojos abiertos que no ven nada, que no trasmiten nada. Cristal sin vida.
Las personas con miradas de muertos, intentan disimularlas con la expresividad de sus rostros, pero el escalofrío que te recorre el cuerpo al cruzarte con ellas, nadie te lo quita.

sábado, 8 de enero de 2011

El agujero Negro

Sentado en la parada del autobús, observaba el transitar de los ciudadanos; parapetado tras su gorro y bufanda, veía en cada persona una historia, una vida.(1 corte, 6 minutos). Las luces de las farolas se reflejaban en el húmedo suelo. Envoltorios (2 corte, 4 minutos) de chucherías eran recogidos por una sombra verde, que sin prisas pero sin pausas limpiaba al borde de la calzada la acumulación de (3 corte, 3 minutos) deshechos.
Le llamó la atención un agujero negro del tamaño de una alcantarilla, justo en el centro de la calle, en la mismísima intersección (4 corte, 1 minuto) entre las vías. Los vehículos pasaban por su lado sin apenas prestarle atención al peligro que entrañaba.
Un hombre llegó a la parada, se dejó caer junto al lateral acristalado, en la que una propaganda de ropa interior mostraba a una hermosa joven luciendo sujetador y tanga sobre un exuberante cuerpo. Contrastaba ver al cincuentón abrigado y mal encarado junto a la joven casi desnuda y sonriente. Un cigarrillo prolongaba la extremidad de su cuerpo; al darle una calada, una señora que llevaba un coche de bebe tosió de forma ostentosa para llamar la atención. Todos giramos nuestros cuellos y vimos que miraba inquisitoriamente al recién llegado. Este le mantuvo la mirada, dio una nueva y profusa calada y lanzó el resto de su apéndice lejos, maldiciendo en voz baja y dolido en lo más profundo de su ser, lo hizo como quien se tiene que desprender de un riñón o del mismísimo corazón.
La colilla humeante quedó tendida a merced de los coches que pasaban, que movían la columna de humo en una danza sensual y mortífera.
La luz del sol comenzaba a competir con la iluminación artificial; Los ojos se fijaron nuevamente en aquel agujero negro que parecía que aumentaba.
- Eso es imposible, pensó. Pero lo que sí era cierto, era que la colilla estaba mucho más cerca, y se movía hacia aquel boquete. Era curioso, los coches estaban parados al final de la calle en un semáforo, no hacía viento y la colilla era como absorbida, dejando tras de sí una pequeña columna de humo blanco que adquiría una posición inclinada.
...continuará.