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jueves, 30 de septiembre de 2010

Coacción a un trabajador

Ayer viví una experiencia propia de países bajo regímenes dictatoriales.



Os contaré qué me sucedió entre las 8:45 de la mañana y las 11:00 horas del día 29 de septiembre de 2010 en una pequeña localidad al sur de España.

Como cada día llevé a mi hija al colegio, un miércoles cualquiera del mes de Septiembre. De pronto, tengo que detenerme porque unas 30 ó 40 personas portando un micrófono cruzan la calle sin usar un paso de peatones que tenían a 4 metros. Mi hija me dice textualmente (os recuerdo que es una niña de 5 años).

-Vaya pandilla ,¿no papa?.

Le contesto

- Sí hija, tú lo has dicho, son una pandilla.

- ¿A donde van?, sigue preguntándome mi hija.

Le respondo.

- Van a buscar a las personas que están trabajando para evitar que trabajen, ya que ellos están ejerciendo su derecho a la huelga y quieren convencer a las personas que trabajan que no lo hagan y se unan a ellos.

Vuelve mi hija a simplificar las cosas.

-¡Ah!, entonces ellos son los malos porque no van a dejar que los que quieren trabajar trabajen.

Le dije sonriendo.

- Bueno, si obligan por la fuerza al que está trabajando a que no trabaje, entonces sí son los malos.

Llegamos al colegio, con la normalidad habitual saludamos al conserje, vamos a la clase y ¡oh sorpresa!, solo cinco niños acuden a la clase.

Me voy a trabajar y veo algunas tiendas a medio cerrar, pregunto qué pasa y me dicen que han pasado unos piquetes y que les han amenazado con volver si se atreven a abrir.

Llego a mi tienda, abro y como a la media hora me avisan unas señoras de que tenga cuidado que llegan los piquetes, escucho al del megáfono y voces que gritan.

De pronto, se plantan frente a mi local, y comienza el del megáfono a gritar mi nombre, salgo y pregunto:

¿Quien me llama?¿que es lo que quieren?...

El del megáfono, plantado a escasos 50 cms de mi suelta el aparato y me dice.

-¡Venga cierra que estamos en huelga!

-¿Que cierre?¿me quiere usted explicar porqué?

El individuo me mira con cara de pocos amigos y dice:

-¿Qué pasa, tú no lees la prensa, escuchas la radio y ves la tv?

No, le respondo lacónicamente. ¿Me quiere informar usted?

-La huelga es por la reforma laboral y los derechos del trabajador.

-¿Me explica usted que es eso de la reforma laboral? insisto en mi fingida ignorancia.

¡Vamos!, grita al grupo, que aquí regalan zapatos que a mi me hace falta uno nuevo.

Le miro con desden y emito una sonrisa sarcástica. El grupo se centra en nosotros y se hace un silencio que rompen otros dos individuos mucho más preparados que la acémila que portaba el micrófono.

-Esta huelga también te defiende a ti, me dice uno de los que se adelantaron

-Cierto, respondo.¿Pero me puede explicar e informar porqué es la huelga?

Verás, me dice. (Lo veo nervioso y dubitativo, midiendo sus palabras.) La derechhh, bueno, el gobierno ha sacado una ley que va en contra de los trabajadores porque los sindicatos no llegaron a un acuerdo con la patronal . ¿De verdad no sabes de que va la ley?.

Le respondo, claro que lo sé, esta ley recorta los derechos de los trabajadores, y a mí me afecta directamente que ustedes (dirigiéndome a todos los presentes) no tengan trabajo, que congelen las pensiones o recorten los salarios, porque sois ustedes los que tenéis que venir a comprarme a mí, y si no tenéis dinero, yo no vendo. También sé que esta ley fue llevada al congreso en Febrero y que no hicisteis nada, que entró en vigor el 1 de septiembre, sé que tenemos 5 millones de parado, sé que me han subido el Iva, sé que esto es un desastre y quiero que me digáis porqué la huelga es ahora y no hace seis meses, porque si hace seis meses se convoca la huelga yo soy el 1º que estoy ahí con ustedes.

-Entonces, ¿vas a cerrar?. Me dice el que llevaba la voz cantante. Es que si no cierras va a ser peor para ti, nos vamos a llevar todo el día por aquí y no vamos a dejar que nadie entre a comprar.

No me dejáis otra opción. Cerraré, pero quiero que me digáis porqué la huelga es ahora y no hace seis meses.

Empezaron a oírse murmullos, el grupo se dividió en (luego me enteré), atar a la dependienta de la tienda de al lado y amenazarla.

Vámonos que este también cierra, dijo el que había estado interactuando conmigo. La gente dudaba, yo seguía preguntando.

Bueno,¿ me vais a decir porqué ahora y no hace seis meses?...

Un señor mayor le dijo a este, espera, que yo se lo voy a explicar.

Verás; comenzó el hombre a hablar apoyando con gestos de mímica sus palabras, lo que hacía más ridícula aún la explicación.

En España existen dos grupos sindicales mayoritarios, uno está compinchado con el gobierno y no quería hacer la huelga, que es UGT, es más, no la querían hacer ni hoy, pero nosotros les hemos convencido. Por eso, no se ha hecho antes y sí ahora.

-¡Que va!, le respondo, si lo hubieseis hecho hace seis meses, hubieseis encontrado mucho más apoyo.

Me volví y cerré la puerta.



Quiero deciros una cosa, fui a trabajar porque no quise que el miedo manejara mi vida, me negaba a vivir con ese miedo y esa duda de...¿y si me hacen algo?, pues no me lo hicieron, cerré bajo coacción y a ellos se lo dí a entender, cuando recapaciten sobre el éxito de su huelga, sabrán al menos que algunos nos negamos a sucumbir a su escuela de terror.

viernes, 10 de septiembre de 2010

La vida

- Qué fácil es vivir en este mundo, dijo el acaudalado señor Montgomery. Roberto lo miró de reojo, la conversación transcurría en la mesa de al lado. El señor Montgomery era el típico rico heredero que como mayor problema que había sufrido era el de elegir el color del coche que adquiriría. Departía con una joven señorita, de muy buen ver que asentía encantada a todas las aseveraciones que le hacía su interlocutor.
- Lástima que la vida sea tan corta, insistía a la vez que daba pequeños sorbos a su martini. -Deberíamos vivir como mínimo quinientos años, para así darnos cuenta de lo bien que vivimos y darnos tiempo así, a disfrutar de todos los placeres que este planeta nos brinda.
La ciudad seguía su ritmo ajena a lo que ocurría en aquella terraza situada en lo mejor de la ciudad. Coches de gran valor pasaban por la carretera, dando así credibilidad a las palabras del señor Montgomery.
De pronto, la ciudad quedó en silencio, el mundo detuvo su marcha y relentizó su movimiento, todo ocurría a cámara lenta.
Las mesas volaban a su paso, un chico de casi dos metros corría apartando todo lo que había en su camino en dirección a la mesa de Montgomery, apenas se detuvo a un metro de el acaudalado heredero; se miraron a los ojos, el joven sacó una pistola, apuntó a la cara de Monty que cambió sus facciones de relax al de pánico sin pasar antes por ninguna otra expresión, y disparó.
La bala cortó el aire hasta detenerse en la misma frente de la víctima, que como última acción, la miró.
De pronto todo cobró velocidad, pero una velocidad inusitada. La cabeza reventó, la chica simpática gritó como si de un aria de la Castafiore se tratara. El chico se tiró al suelo llorando. La policía lo detuvo. Las ambulancias llegaron y certificaron la muerte de Montgomery.
Tenía razón Montgomery en algo, que corta es la vida, aunque a veces, es preferible que sea corta a que sea cruel.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Alma

La luna hecha jirones, como mi alma, como todo mi ser.

Ya no pudo leer más, las pupilas comenzaron a dilatarse, las lágrimas brotaron desde lo más profundo de su ser, la quería demasiado y no podía creer que ya nunca más estaría con ella.

Las gotas golpearon el cristal de la ventana, el Otoño había llegado con prisas, el tiempo de su corazón se había detenido.

Un año había pasado, pero aún oía su risa en los rincones de la casa, olía su perfume en cada cajón y notaba su presencia en todos los espejos.

El tiempo pasaba sin pasar, las estaciones iban y venían como las mareas.

Todo desapareció, el día de mi cumpleaños, cuatro velas y una foto de las dos sobre la chimenea. Me dí cuenta que no era ella la que faltaba, sino yo.

jueves, 2 de septiembre de 2010

SUERTE

¿Que es la suerte?...
Suerte es pensar en alguien y coincidir en ese instante...
Suerte es ser elegido entre muchos...
Suerte es amar y ser correspondido...
Suerte es poder vivir para contarlo.

Aquella mañana se había despertado asqueado y con mal sabor de boca, la copiosa cena acompañada de tanto vino no le daban buena noche y se acentuaba al despertar. Sabía que no tenía más tiempo, hoy cumplía el plazo y si no le devolvía a Sanchez el préstamo lo pasaría muy mal.
Salió de su adosado y se dirigió al coche aparcado en la acera de enfrente, cuando una voz le detuvo en seco y apartó de su mente toda bruma.

- ¡Buenos días Salguero!, dijo una voz apagada, sin ningún tipo de énfasis que denotase tristeza o alegría.
A Salguero la sangre se le heló, apenas giró su cuello para observar a aquel esmirriado hombre de pelo largo y cara de ser un grandisimo hijo de la gran puta.
- Espero que me pagues lo que me debes, hoy a las doce de la noche cumple el plazo.
Montó en su coche y se dirigió al centro de la ciudad, decidió tomar la carretera de circunvalación y en la incorporación no le dio tiempo a frenar antes de destrozar su radiador y golpearse la frente contra el volante al atropellar a un galgo abandonado, que no tuvo mejor idea que cruzarse en su camino.
- ¡Vaya día!, maldijo para sus adentros. Abrió la guantera para buscar el número del seguro y solucionar todo aquel embrollo lo antes posible cuando entre los papeles descubrió una foto de ella.
Mariana, su amor, su único amor, aquella perla del Caribe que amó como ni tan siquiera se amaba a sí mismo, la mujer más hermosa y dulce que cualquier hombre hubiese deseado. Ya no estaba, la había perdido para siempre... Unas lágrimas resbalaron por sus mejillas.
Aún no estaba todo perdido, paró a un automóvil en medio de la autovía, era una chica joven, llevaba una L en la luna trasera. Abrió la puerta y sin casi darle tiempo a desabrocharse el cinturón la sacó del coche y arrojó al asfalto. La chica no protestó, aquello era demasiado surrealista como para que le estuviera pasando a ella. Salguero montó en el vehículo y voló hasta su casa. Buscó en el garaje y encontró lo que ansiaba, una escopeta de caza.
Cegado por el miedo, la venganza, el amor. Se dirigió hasta la casa de Sanchez. Llamó al timbre y adoptó una posición de asalto, la escopeta en la cadera apuntando a la puerta y las piernas abiertas. Abrió un hombre mal encarado, que no se asombró al ver a Salguero, solo lo miró a los ojos, luego se miró el agujero en el estómago y cayó de espaldas sin una sola protesta, sin un solo quejido.
Subió las escaleras y entró en una habitación abriendo la puerta de una patada, allí estaba ella, Mariana, semi desnuda mostrando su bronceada piel, atada de pies y manos y amordazada. Sus ojos le miraban pidiendo ayuda y reprochandole porqué la había puesto en aquella situación.
Sanchez se reía, sentado en la cama con la mujer entre sus piernas y el cuchillo en la garganta, pero en su risa no denotaba alegría.
-Sueltala y no te mataré, dijo Salguero, sorprendiéndose él mismo del tono de su voz, parecía que alguien lo estaba doblando y él solo se limitaba a mover los labios, ya que sus palabras sonaban tranquilas y poderosas.
La risa de Sanchez se convirtió en una mueca de asco y hastío, y sin dudarlo rebanó el cuello de aquella preciosidad. El cartucho destrozó la cabeza del prestamista.
Salguero salió de aquella casa arrastrando su alma, realmente aquel había sido un día de suerte, ¿o no?.