Cada mañana era una odisea para Papá. Debía despertar a su hija, y para ello debía vencer al sueño. Al propio y al ajeno.
En el jardín azul había flores diferentes a todas. En el jardín azul habia aromas por nadie nunca sentidas. En el jardín azul habia sonrisas que jamás terminaban. En el jardín azul habia poemas que en su luz se elevaban. En el jardín azul habia un tesoro; estaba el fin del dolor. En el jardín azul estabas tú... estabas tú, y me amabas. (Germán Alexis Gilio)
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lunes, 20 de mayo de 2013
jueves, 16 de mayo de 2013
La boca y la Nariz
Hace mucho, mucho tiempo, vivían en la cara de un hombre una nariz y una boca, que eran buenos vecinos, también se llevaban muy bien con los ojos, con las orejas, con las cejas.
Sin título I
La lluvia caía tras los cristales, la chimenea encendida iluminaba parte de la habitación, apareció ella despidiendo un halo aromático a café. Las oscuras nubes cubrieron pronto todo el cielo, allá en las montañas un bello espectáculo se sucedía entre rugir de truenos y electrizantes rayos.
La caja.
Anoche, cuando llegué a casa de mi madre, como hago cada día, me tenía preparada una sorpresa.
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