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martes, 5 de febrero de 2013

Sahara

El caluroso desierto abotargaba su debilitada mente, el cuerpo apenas obedecía algunas ordenes inconexas. Ascendía y descendía por las enormes dunas y no llegaba a comprender como tan minúsculos granos se hacían tan
pesados y duros...ahora entendía aquella expresión de la unión hace la fuerza. Insectos emergían de la arena, sus esqueléticas patas elevaban los crujientes cuerpos sobre los amarillos granos,que se desprendían en una fina lluvia dorada.

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