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viernes, 23 de enero de 2015

Vejez

Aún recuerdo cuando era sensible, mi juventud hacía de mi ser un cuerpo blando, flexible, lleno de vida y desparramando amor por todo mi ser....Ahora, tras los años, me retuerzo como un tronco seco, noto como van crujiendo mis ramas ajadas. Arisco e inhóspito, rehuyo de todo ser vivo....Espero impaciente verme cara a cara con la Parca, ya que ella solo podrá llevarse de mi un leño marchito que arderá eternamente en las llamas del Infierno.

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