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martes, 10 de febrero de 2015

cri-cri-cri

El grillo, vestido de negro, se tapa con el oscuro manto de la noche para protestar con su repetitivo "cri-cri-cri". Al principio, solapado entre los miles de ruido de la noche, apenas era imperceptible. Cuando Morfeo se fue apoderando de todos los habitantes del lugar, al único que no pudo vencer, fue al grillo cansino, que con su "cri-cri-cri" inundaba todo el espacio, hasta poner al borde de ataques de nervios a todos sus escuchantes. El más impaciente de todos, fue el gato, que cenó grillo y dejó que los habitantes del páramo descansaran el resto de la noche.

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