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martes, 17 de mayo de 2022

Seis meses después

 ¡He vuelto! me dije a mi mismo, abrí el blog y soplé virtualmente sobre la capa de polvo acumulada en el espacio cibernético.

¿Has vuelto para quedarte?, quiso saber el blog al verme teclear de nuevo sobre sus páginas virtuales.

No lo sé, respondí con sinceridad. De momento te traigo algo; una nueva obra; una versión de lo que ando haciendo últimamente en creatividad. Años hace que quise aprender a tocar la guitarra, los más allegados conocéis "la imposible", mi guitarra negra. Esa que lleva conmigo desde tiempo inmemorial, regalo de la mujer que me dio la vida y marcó lo que era para ser lo que soy. Bregando con mi carácter "afable" hasta medio enderezar el árbol. (ya se que "los modelnos" piensan que el árbol debe crecer libre hasta encontrar su camino y bla, bla, bla...en mi caso no sabemos dónde hubiera acabado, bueno, yo tengo un presentimiento de dónde hubiera acabado y todavía no las tengo todas conmigo de no acabar allí). Pues hace unos meses comencé a tocar las cuerdas de la imposible, que aunque se resistía a ser manoseada por esos dedos desconocidos e inexpertos, poco a poco ha ido dejándose acariciar, enseñándome cómo hacerla disfrutar y a la vez disfrutar yo mismo de ella.

Tal punto hemos alcanzado que incluso me hizo volver a escribir... y así es, os contaré lo que he escrito.


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