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lunes, 20 de diciembre de 2010

La plaza

Y llegaron galopando en caballos blancos, dejando tras de sí, una estela de blanquecino polvo; no eran muchos, pero sí suficientes.
Agotados por vencer a la tediosa rutina, los caballeros se esforzaban cada día. Cuando vieron llegar los refuerzos, se miraron, aunaron cuerpos con cuerpos y afrontaron la lucha con determinación.
Aquella batalla la volverían a ganar.

Buena tarde del Domingo.

2 comentarios:

  1. ¿Contra quienes luchaban? Contra los esforzados guerreros de caballos negros, lástima, esta batalla la volvieron a perder ¿cuántas bajas? A lo peor luchaban contra sí mismos. Besitos ante-navideño maguito.

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  2. Hola Mad.
    Siempre es una lucha diaria el plantar cara a la tediosa rutina, pero cuando se aunan fuerzas seguro que se gana la batalla.
    Un beso

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