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jueves, 1 de mayo de 2014

El Crimen Perfecto


Al llegar el Señor Juez, le entregaron el inventario de todas las pertenencias. Conocían bien a Su Señoría y sabían que el buen humor no era precisamente una virtud. Aunque a pesar de los años en la profesión, la pasión que derrochaba en cada uno de sus casos, era admirable.

Los cadáveres adoptaban una postura amorosa; ella, descansaba  sobre el regazo del hombre, que parecía protegerla.

  - Godofredo y Elisenda, 87 y 85 años respectivamente, leía el comisario con voz grave. Sin antecedentes penales y sin denuncias previas. Otro caso de suicidio por amor...formuló en voz alta.

Una mirada inquisitiva del Magistrado hizo que el policía se retirara lentamente, revelando una carta atrapada bajo un ladrillo. En ella, El Juez reconoció de inmediato al asesino de aquellos ancianos, la cédula de notificación del desahucio se había cobrado otras dos víctimas.

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