Efraín aún no había cumplido los 10 años, era un chico despierto, le gustaba pasear con su abuelo Melquiades y escuchar las interminables historias que este le contaba, lo mejor, los finales. Siempre había una enseñanza en todas aquellas historias que su abuelo le contaba.
Aquel Sábado, nieto y abuelo paseaban por la orilla del mar, contemplaban las olas, el cielo azul, las formas adquiridas por las conchas y guijarros mil veces llevadas y otras tantas devueltas; cuando Melquiades le dijo a su nieto.
-Efraín, cuentame algo.
Efraín quedó enmudecido, atemorizado ante aquella petición de su abuelo, ¿Qué pretendía su abuelo?... quedó callado y siguió admirando todo junto a su abuelo que ya no volvió a hablar más... así pasearon de la mano hasta la hora del regreso, acercándose ya a la casa le dijo su abuelo.
- Gracias Efraín por la lección dada. El nieto le miró con ojos de sorpresa y su abuelo rió...
Hoy hemos descubierto el placer del silencio, una de las mejores enseñanzas que un hombre puede sentir y que no sabe apreciar al carecer de él.
jooo me ha encantao tres puntos colega!!!
ResponderEliminarMisk
Gracias
ResponderEliminarEl silencio también puede ser un gran maestro, sobre todo cuando hay un capacitado intérprete cerca.
ResponderEliminarsaludos!
Saludos Neogéminis...gracias por tus siempre certeros comentarios...
ResponderEliminarY en el sielencio...hablan las esferas. !Cuanta sabiduria la del niño y la del viejo!
ResponderEliminarFelicidades Mago y bien hallado, !salve! natalí.
Buena propuesta la de Tèsalo...aprender, siempre aprendemos.
Sólo no aprecia el silencio, el que tiene miedo a la soledad, por lo demás es muy bueno y saludable la mayoría de las veces.
ResponderEliminarSaludos.
Me ha encantado tu relato. Que verdad encierran tus palabras. Me alegro de leerte pyes no habia tenido oportunidad. Yo espero tener tiempo para participar este jueves, todo se esta complicando.
ResponderEliminarMis felicitaciones Mad...
Besos
Gracias Natalí, Salve y a ver si pillo el carro de la rutina literaria...
ResponderEliminarbesos y volveré por mis foros ;)
Jr el silencio es un bien a extinguirse, la gente habla y habla sin parar, sin pensar lo que dice y lo que es peor...sin dejar que piense y disfrute del silencio el que no quiere oir tantas sandeces...
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Hola Maria Jose Moreno (imagino que hermana de Felisa Moreno a la que le debo un Post por su magnifico libro que no tardaré en publicar), Gracias por acercarte a este tú espacio a contemplar los rincones aquí escritos...
ResponderEliminarBesos y gracias por dejar tu comentario.
No soy familia de Felisa, aunque si somos de la misma tierra, Andalucia. Y sí, su libro es magnifico.
ResponderEliminarMi espacio es este, por si quieres pasear por allí:
http://blogdemjmoreno.blogspot.com/
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ResponderEliminarEste niño, ha aprendido desde la perplejidad. Su abuelo, que ha conocido de ella, a fuer de atento, se aprovecha y entra entonces. Su sagaz mente abriò compuertas.
ResponderEliminarMad,¡no siempre, tuvo uno ese abuelo!
Tèsalo.
Visitaré....
ResponderEliminarEs una pena, al menos si uno no lo tiene, que llegue a serlo...
ResponderEliminarRealmente preciosa tu entrada, es verdad que de cualquier situación podemos sacar una lección, "solo" hace falta tener la mente abierta, a veces tenemos la mente abierta unicamente a palabras que muchas veces están vacias y no nos dicen nada y no sabemos apreciar el placer del silencio que puede resultar maravilloso y muy gratificante
ResponderEliminarUn saludo de Mar
Gracias mar, me alegro que te guste...
ResponderEliminardificilmente esto se aprenda en los pupitres
ResponderEliminarcariños
Oh, sí, el silencio, el más agradable de los sonidos.
ResponderEliminarBonito y original relato.
Un beso, Mago (por cierto, te perdiste por el Camino de Santiago?).
Magistral lección es el silencio.
ResponderEliminarAsignatura obligatoria para crecer por dentro y complemento de la leccion de vida que nos transmite la mano del abuelo.
Un beso
Mi comentario creo que sobra, pero para decir algo tengo que escribir:
ResponderEliminarExcelente relato,
saludos.
Hola Yonki, en los pupitres se aprende muy poco, lo importante es que tengas un buen magister que sepa enseñarte a aprender...eso es lo difícil, este niño tuvo la suerte de que su abuelo le enseñaba cosas vitales...
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Te mereces un mutis por el foro Teresiña...
ResponderEliminarGracias y besos.
Rosa_desastre, gracias por dejar tu comentario tan acertado...
ResponderEliminarUn saludo.
L.N.J. un comentario nunca sobra, ya sea para bien o para mal, una opinión siempre es buena, aunque a veces, es mejor callar...
ResponderEliminarMe alegro que te gustase.
Y recordad, cuando viajeis en tren o Autobús, hay personas que adoran el silencio y otras las palabras vacías, respetemos a todos...
jajaja siento escribir en tu post de agradecimiento esta "paja mental", pero creo que eres de Sevilla y me ha recordado (no se porqué) aquella hora y pico montado en el tren para ir a la universidad...